Escuchando la voz de Dios

    


 Siempre anhelamos escuchar la voz de Dios, y la verdad es que no importa cuanto tiempo ha pasado (días, meses o años) desde que recibimos Cristo como nuestro Señor y Salvador, en algún punto de nuestro caminar con Dios, hemos deseado poder escucharlo. Y llegamos a pensar que la voz de Dios se tiene que escuchar algo así como la voz gruesa de un hombre, y esto es porque creemos que Dios tiene una voz como la nuestra, ya que en Génesis 1:26a dice: “Y dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…” este Dios nos habla en plural, o mejor dicho nos habla de Dios Triuno (Padre, Hijo y Espíritu Santo); no obstante en Génesis 1:27a dice: “Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó…” Dios nos habla en singular, y esto se debe a que Dios nos creó conforme a su forma de Hijo, que como sabemos descendió de los cielos y vino a morir por nosotros. 

     Después de esta pequeña introducción nos queda claro que no vamos a escuchar la voz de Dios porque Él sea como un ser humano como nosotros, sin embargo ya que esa es la única forma que nosotros tenemos para escuchar oiremos audiblemente la voz de Dios, porque desde el Génesis hasta el Apocalipsis aprendemos que Dios hablo, que Dios dijo y una voz se escuchó. Entonces llega la duda, si no escucharé una voz de hombre gruesa hablando, pero si escucharé una voz ¿cómo es que podremos hacer eso?

   Lo primero que debemos entender que dentro de nosotros mora el Espíritu Santo, ya que recibimos a Cristo en nuestros corazones y Él nos ayudará a saber cuál es la voz de Dios (Juan 14:26), pero para poder lograr esto es necesario tener una relación íntima con Dios, una comunión que debe ser constante y ojalá que podamos hacerla diaria. 

    Para ello una buena práctica que podemos implementar en nuestras vidas es leer la biblia en primera persona, sí así como lees, debemos apropiarnos de lo que está escrito, que es evidencia de cómo debemos vivir y del gran amor que Dios nos tiene. Para comprender un poco más esto hagamos una pequeña práctica con Efesios 2:4-5 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en *nuestros* delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados)”

   Si lo escribimos en primera persona quedaría de la siguiente manera:

  “Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que me amó, aun cuando estaba muerta en mis delitos y pecados, me dió vida juntamente con Cristo (por gracia he sido salvada)” 

   Dos versículos que nos revelan grandes verdades a las cuales nos podemos afirmar, dice que es rico en misericordia es decir tiene lo suficiente para perdonarme, y que fue por su gran amor, esto es fabuloso porque sea la situacion que estes pasando tienes un Dios que te ama a lo grande, y que Él aun sabiendo lo pecadores que somos que no merecíamos de su amor, no solo nos ama sino que tambíen nos salvó, nos dió una nueva vida con su Hijo. 

Comentarios

Entradas populares